Los historiadores debaten el momento en que el canto gregoriano fue establecido como la musica liturgica de la Iglesia Católica. Algunos atribuyen el nombre al papa San Gregorio el Grande otros al papa Gregorio II. Se les llama modos gregorianos a las escalas o modos utilizados en esta musica de carácter monofónico. Los modos gregorianos estuvieron en uso durante la Edad Media y el Renacimiento. Durante el Renacimiento se fueron transformando poco a poco en nuestras escalas mayores y menores. El número de modos varía de acuerdo a la época y el tratadista. Llegaron a existir 12 modos gregorianos.
Los modos gregorianos tienen una final, nota sobre la cual la melodía termina y encuentra reposo. Su función es similar a la de la tónica en las escalas mayores y menores. Además tienen una dominante. La dominante es una nota sobre la que se insiste mucho a través de la melodía.
Los modos se dividen en dos categorías: los modos auténticos y los modos plagales. Cada modo plagal está asociado a un modo auténtico. Ambos modos tienen las mismas notas y comparten la misma final. La diferencia entre un modo auténtico y su relativo plaga es la nota dominante y el ambito que determina la nota más grave y aguda del modo.
Los tratados sobre canto gregoriano adjudican a los modos auténticos los numeros impares I, III, V y VII. Sus relativos plagales reciben los numeros pares, II, IV, VI y VIII. El relativo plagal del I modo auténtico es el II, el del III es el IV, etc.
Algunos teóricos usan los nombres griegos de dórico, frigio, lidio y mixolidio para los modos auténticos, I, III, V y VII respectivamente. A los plagales se le añade el prefijo hipo al nombre de su relativo auténtico, siendo el II modo el modo hipodórico, el IV hipofrigio, etc.
Luego de varios siglos de estar olvidados, variantes de estos modos han vuelto a utilizarse tanto en la musica clásica como en el Jazz.
A continuación pueden ver los 12 modos gregorianos. Las finales están indicadas con una F, las dominantes con una D.