José Rodríguez Alvira
Una forma relativamente fácil de componer un canon a la octava es limitarse a un patrón armónico repetitivo. Puede ser tan sencillo como el siguiente canon donde Konrad Max Kunz usa un patrón armónico de solamente 2 acordes:
El canon de Pachelbel es un ejemplo más elaborado de esta fórmula. La progresión armónica se compone de 8 acordes que se repiten con una pequeña variación en el penúltimo acorde (señalada en rojo). Ambos acordes tienen función de subdominante y solamente una nota de diferencia (el mi del ii grado):
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | |
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Re mayor: | I | V | vi | iii | IV | I | ii6/5 IV |
V7 |
Encontramos numerosos ejemplos de cánones a la octava construidos de esta manera, sin embargo, el Canon alla ottava de Bach prescinde de este sencillo método y demuestra un grado de complejidad mayor.
El canon se basa en la forma invertida del sujeto del Arte de la fuga.
Sujeto original del Arte de la fuga:
Sujeto invertido:
He aquí el sujeto del canon con las notas del sujeto invertido marcadas en rojo:
El sujeto es presentado por la voz superior. Al ser imitado por la voz inferior podemos precisar el plan armónico:
Este plan armónico no va a repetirse a la Pachelbel. Bach usará sus destrezas armónicas para variarlo en cada imitación. Veamos...